A 20 metros bajo el suelo de París, el silencio es absoluto. Las Catacumbas contienen los restos de más de seis millones de personas, trasladados allí en el siglo XVIII cuando los cementerios de la ciudad reventaron por el exceso de cuerpos.
Las paredes están hechas, literalmente, de fémures y calaveras apilados artísticamente. Aunque una pequeña sección es visitable, existen más de 300 kilómetros de túneles prohibidos: la “Zona”.
Los cataphiles (exploradores ilegales) cuentan historias aterradoras. La más famosa es la de una videocámara encontrada en los años 90. La grabación muestra a un hombre solo, corriendo despavorido por los túneles, respirando con pánico, hasta que la cámara cae al suelo y la imagen se corta. El hombre nunca fue encontrado. Se dice que si la linterna se te apaga ahí abajo, la oscuridad tiene peso, y comienza a susurrarte.